Como en el clásico de la literatura colombiana, la selva y
la violencia son los principales protagonistas de este libro. Testimonio
artístico de una realidad que ha azotado a la nación sudamericana durante más
de medio siglo, Vorágine de sangre cuenta la transformación de un
campesino guajiro que busca vengar el ultraje que militares prepotentes
cometieron con su familia, y termina a su vez convertido en un ser tan cruel y
despiadado como aquellos que dieron origen a su travesía desde el páramo a la
costa y finalmente a la selva, donde se convierte en personaje destacado de la
guerrilla.
Pero al mismo tiempo, el libro testimonia los desvíos del
conflicto político más prolongado de la nación, y retrata con fuerza la crudeza
y la violencia de la vida cotidiana más allá del espacio privilegiado de las
grandes concentraciones urbanas. Como en el libro de Rivera, el paisaje parece
a veces determinar las peripecias y la personalidad de sus personajes.
Todo ello, contado con un lenguaje de singular textura
poética, que no oculta sin embargo la dura realidad que relata.
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